1-05-11
Maripaz Vega Foto: Jessika Kuhn |
Maripaz a su primero le realizó la faena de la tarde, ante un toro de gran calidad que iba de largo, prodigándose de inicio con la capa, mecida a la verónica cargando la suerte, para posteriormente quitar por ajustadas chicuelinas que prendieron el ambiente en el tendido. Su faena de muleta fue intensa, casi en su totalidad por la senda derechista, dejando sendas tandas largas, ligadas y templadas coronadas con riñonudos martinetes ligando el de pecho, que aumentaron el ánimo del público. Se tiró a matar con decisión y dejó una estocada ligeramente caída, para obtener una oreja ganada a ley que a la afición le pareció poco ante lo hecho por la matadora en la arena, por lo cual insistieron ruidosamente para que el juez soltara la segunda y al ver que éste se la guardaba, lo embroncaron con sonoros gritos e improperios.
Con su segundo, salió decidida al triunfo, pero la escaza fuerza del burel no le permitió el lucimiento, más esforzada, aprovechó la calidad del astado al que le estructuró una faena a media altura, que no caló gracias a la ´pca transmisión del burel, lo cual sirvió para recibir una merecida ovación.
El triunfador del festejo fue el tlaxcalteca Rafael Ortega, que lució a la verónica, templando con maestría la embestida de su contraparte. Ante la petición del respetable resolvió con soltura el tercio de banderillas, lo cual quizá afectó en el rendimiento del astado que se vino a menos cuando intentó instrumentarle su faena de muleta donde apenas esbozó detalles antes de pasaportarlo con media para retirarse ovacionado.
Con el cuarto vino la faena grande; inició con larga afarolada de rodillas y lució en el tercio de quites a la navarra, para repetir color con los palos, para dejar en su punto al respetable que en todo momento le respondió a sus ejecuciones. Con la roja, tuvo que fajarse en los medios con su contraparte ya que era un toro que no permitía concesiones, no obstante resolvió con poder y seso extrayendo pases de mucha valía, para despachar desorejando al morito, gracias a un tremendo espadazo.
Por su parte Octavio García “El Payo” salió con el santo de espaldas; con su primero firmó esfuerzo y detalles ante un astado sin opciones; con su segundo un toro con calidad que iba de largo, se vio cadencioso a la verónica, más cuando se había hecho de su enemigo con la sarga, éste se le venció y le puso un tremendo rayón del tamaño de casi toda la pierna pero sin consecuencias, por lo que ya desconfiado siguió toreando sin encontrar la manivela, despachando al morito previo par de pinchazos, para recibir merecida ovación.
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