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| Juan Mora en un tentadero Foto: Ana García - |
Juan José Gutiérrez Mora, "Juan Mora" nació en Plasencia (Cáceres) en abril de 1963. Tomó la alternativa como matador de toros en Sevilla en abril de 1983, de manos de Manolo Vázquez y con Curro Romero como testigo.
Abrió la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid en la Feria de Otoño de 1994.
En su dilatada trayectoria profesional ha conocido las mieles del triunfo, la hiel de las cornadas y el olvido de los despachos.
Abrió la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid en la Feria de Otoño de 1994.
En su dilatada trayectoria profesional ha conocido las mieles del triunfo, la hiel de las cornadas y el olvido de los despachos.
En 2009 toreó cuatro corridas. En 2010 Juan Mora hizo el paseíllo sólo dos tardes, las dos en Madrid. Pero el 2 de octubre derrochó torería, cortó tres orejas y volvió a salir a hombros por la Puerta Grande de la Monumental, otra vez en la Feria de Otoño, dieciséis años después.
El aldabonazo de este gran triunfo, de extraordinaria rentabilidad, ha revolucionado su agenda para el año 2011, abriéndole las puertas de todas las ferias, en carteles de relumbrón y con caché de figura.
Después de hacer gira americana, siendo proclamado triunfador de la Feria de Manizales (Colombia) donde cortó dos orejas el 7 de enero, inició su temporada española en el Palacio Vistalegre de Madrid (una oreja a un sobrero de regalo).
El pasado domingo era cabeza de cartel en la corrida matinal suspendida por la lluvia en Olivenza.
Mañana, sábado 19, festividad de San José, hará el paseíllo en el día grande de la Feria de Fallas de Valencia. También estará en
En Madrid es seguro en los carteles de San Isidro y ya tiene firmada la corrida de Beneficencia.
De la gloria al olvido . . . y del olvido a la gloria; de ignorado a imprescindible; de pelear contratos a rechazar ofertas.
A punto de cumplir 48 años, Juan Mora no tiene que demostar nada a nadie, pero afronta un importante reto en 2011: confirmar, en una temporada diseñada a capricho, que lo del 2 de octubre en Las Ventas no fue sólo el sueño de una tarde de otoño.
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