Esta tarde se ha celebrado la primera novillada de la Feria en Arganda del Rey. El encierro, de Cebada Gago, imposibilitó el lucimiento de la terna, con algunos ejemplares mansos y otros que hicieron muy complicada su lidia.
Francisco Montiel, que abría plaza, resultó volteado cuando recibía a su primero a la verónica. En la muleta, probó a castigarlo por bajo y cambió pronto la espada para entrar a matar. Fue silenciado y pasó a la enfermería por su propio pie.
El cuarto fue quizá el novillo de mayor presencia de la tarde, pero la faena no pudo alcanzar mayores vuelos por su escasa calidad. Silencio.
Jesús Fernández saludó al segundo por verónicas, asentado en el piso. Ejecutó una faena basada en la mano diestra, donde se vieron los mejores momentos. Se desarmó ante el astado para calar en los tendidos antes de tomar la espada. Pudo haber obtenido un apéndice, pero los aceros le privaron de ello.
Nada pudo hacer ante el manso quinto.
Javier Jiménez acertó al pedir un único puyazo para el tercero. Pese a ello, el novillo llegó agotado al último tercio, tras perder las manos ya en banderillas, y el novillero hubo de arrancarle lance a lance en una faena de cercanías. Fue silenciado, al igual que ante el sexto, otro ejemplar que pecó de mansedumbre, refugiándose en tablas.
6 de septiembre
Arganda del Rey
Novillos de Cebada Gago
Francisco Montiel: silencio y silencio
Jesús Fernández: silencio y silencio
Javier Jiménez: silencio y silencio
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