Después de los acostumbrados saludos don Guillermo Gamero, decidió que se iniciara la tienta de tres vacas, con las cuales Maripaz dejó ver el gran momento por el que pasa y la motivación que tiene de regresar al coso de Insurgentes en tan importante fecha, dejando en el aire trazos hondos, llenos de sello y sobre todo ligazón, cuajándole a las dos primeras más de ochenta muletazos, aderezados con detalles propios de su estirpe andaluza como molinetes belmontinos y afarolados por alto, donde el temple y el conocimiento de los terrenos fueron su común denominador, dándose incluso el gusto de poner banderillas y montarse en el caballo de pica en el último ejemplar que enfrentó, resultando las primeras de nota excepcional gracias a su encastada bravura y noble embestir, lleno de clase, recorrido y emotividad, propio del encaste San Mateo, que corre por sus venas.
Grandes momentos de torería se vivieron a lo largo de la tienta, que arrancaron los ¡Olés¡ del palco que se encontraba nutrido de amigos en invitados, gracias al oficio en varas de Paco Salinas, las buenas maneras que mostró el novillero local Gerardo Sánchez, la afición de Isabel Nava y Armando Guevara, alumnos de la Escuela Taurina de Apizaco a cargo del subalterno en retiro Jesús Villanueva y los detalles del aficionado práctico Luis Miguel Martínez, quienes acompañaron a la malagueña, además del muy peculiar “mano a mano” que sostuvieron el ganadero Gamero y Carlos Alberto Espinal coapoderado de Maripaz, al echarse al agua con la muleta en la hembra que cerró la tarde.
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