Foto: Jessica Kuhn |
El pasado sábado la matadora ibérica Maripaz Vega, asisitió como invitada de honor a la tienta que el ganadero y rejoneador charro Alejo Rodríguez organizó en honor del aniversario 117 de su finca, la cual se encuentra ubicada en el rancho del mismo nombre del municipio tlaxcalteca de Atlangatepec con divisa azúl celeste y blanco, que cuenta con cuatro generaciones de ganaderos en línea descendiente familiar y que fuera fundada en 1895 con un semental y vacas de Piedras Negras.
Para dicha celebración, el ganadero dispuso que Maripaz tentara cuatro vacas del encaste Saltillo vía Jesús Cabrera con el que su antecesor refescó en 1960, con las que la malaguña dejo ver un toreo reposado de mucho señorío aprovechando a carta cabal la nota superior que tuvieron dos de ellas, las cuales fueron dechadas de bravura, fijeza y son por ambos lados, permitiendo el lucimiento de su lidiadora, demostrando el momento cumbre de su carrera que vive en el país azteca y lo acoplada que se encuentra a las embestidas del toro mexicano, lo cual ha servido no solo para hacer el paseillo en plazas importantes de México sino despertar el interés de sudamérica donde regresará en este mes de abril.
El momento cumbre de la tarde llegó en la última de las hembras tentadas donde literalmente hizo de todo y bien, con la cual no solo se recreó con la capa esbozando suaves verónicas rematando con bellísima media belmontina, para tomar los palos y dejar un par igualado asomándose al balcón de gran exposición y tomar la muleta para iniciar con doblones muy toreros y ya en pie romper la cintura con trazos dechados de temple, estilo y técnica por ambos lados rematando con detalles como molinetes a la antigua, afarolados y los de pecho, los cuales enamoraron a los invitados que a gritos de torera, torera, impulsaron a la española a sacar a la vaca del tentadero andando hacia atrás con su tradicional abaniqueo, para hacer y disfrutar del toreo a campo abierto en dos tandas más de similar procedimiento a las anteriores, ante el delirio de quienes asimilaban esa experiencia que es única en el campo bravo.
En las labores camperas Maripaz fue auxiliada por el aficionado práctico Luis Miguel Martínez, alumno avanzado del Matador Ernesto Belmont apoderado de la española, quien demostró además de afición, técnica, sello propio y carisma, así como un agudo conocimiento de los terrenos, lo que con facilidad podría permitirle dar el salto a novillero en el momento que lo decida.
Al terminar la faena, el ganadero Alejo Rodríguez y su distinguida hermana, mostraron orgullozos el reconocimiento que recientemente les llegó de parte del presidente de México Felipe Calderón, que aprecia su casa criadora como empresa centenaria en el país azteca.
Con la tienta en mención, Maripaz delcaró cerrada su preparación para lo que será su participación el próximo 20 de abril en la prestigiosa feria ecuatoriana del Señor del Gran Suceso de Riobamba, a la cual regresa con ilusión después de cuatro años de ausencia.
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