Comunicado 2/03/12
Fotos: Jessika Kuhn
Par de extenuantes días de preparación en el campo bravo zacatecano vivió a inicio de semana la matadora española Maripaz Vega, con miras a encontrar su puesta a punto para la corrida de este domingo 4 de marzo en la que retornará a la Plaza México, después de su triunfo histórico del 13 de marzo del año pasado, en el que desorejó al toro “Kikapú” de Jesús Cabrera, marcando un hito en la historia de la fiesta brava al convertirse en la primera matadora de toros en haber doctorado en dicho coso a otra compañera de profesión, ante el testimonio de una tercera, en un cartel de puras féminas –que se repetirá el próximo domingo-, saliendo en volandas de la catedral del toreo mexicano.
Las labores se llevaron a cabo en la dehesa de San Antonio de Triana, ubicada en la finca “Guadalupe de las Corrientes” del municipio de Villa de Coss, bajo un sol radiante y un cielo azul intenso, gracias a la invitación de su propietaria Doña Alejandra Ibarguengoytia y su hijo Don Salvador Escobedo, quienes decidieron que se tentaran ocho vacas y matara un novillo, con los cuales Maripaz realizó el toreo de diferente manufactura, en ocasiones desbordada de sentimiento muy a la mexicana con pases a tres tiempos en la línea del ejemplar, adornando sus trasteos con emotivos detalles de aroma agitanado, logrando ligar y sentirse cómoda con el desempeño de los ejemplares que enfrentó, y en otras, pensando en la cara de éstos, insistiendo y resolviendo sin contratiempos acorde con la dificultad de su contraparte.
Gracias a su histórica y encastada bravura y noble embestir, clase, recorrido y emotividad, propio del encaste Saltillo que corre por sus venas, resultaron cuatro hembras de nota excepcional y el resto se dejaron junto con el novillo que dio fin a las labores camperas, que cabe resaltar le representó a su lidiadora un interesante crucigrama que basado en el seso, la insistencia y el mimo logró descifrar, haciéndolo romper para bien y estructurando una meritoria faena que coronó con espadazo de academia, que en conjunto representó una gran prueba que superó con solvencia y oficio volviendo a la senda de la efectividad con el acero mismo que le había privado de triunfos en recientes actuaciones.
En las labores camperas, Maripaz estuvo auxiliada por los novilleros Luis Escobedo y Bernardo Rodríguez, quienes no solo se congratularon por estar junto Maripaz, sino pusieron todo el empeño para absorber sus consejos y recomendaciones dejando ver valor y maneras por demás interesantes que muestran dos futuros toreros que de ser bien llevados cuentan con potencial para caminar con éxito en el oficio, lo cual seguramente consolidarán con el apoyo de ganaderos como Doña Alejandra Ibarguengoytia y su hijo Don Salvador Escobedo a quienes Maripaz Vega y su equipo de administración se encuentran agradecidos por el gesto de la invitación.
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