Sábado, 17 de octubre de 2.009
Jaén. Media plaza.
Julián López, "El Juli" (oreja y oreja) y Alejandro Talavante (ovación y dos orejas) han salido a hombros en la Plaza de Toros de Jaén, tras lidiar un encierro de El Vellosino.
El Juli supo entenderse desde el principio con su primero, un toro de escasas fuerzas, que poco puso de su parte. Tanto en la lidia de éste, como en la del cuarto, el torero madrileño se vio obligado a valerse de técnica y empeño, recompensados por el público con una oreja a cada faena.
Alejandro Talavante realizó una importante labor con el tercero de la tarde, al que arrancó largas tandas carentes de enganchones, pero todo lo que pudo haber logrado quedó en una ovación con saludos por fallar con la espada. Enmendó dicho error en el sexto, al que cortó las dos orejas.
Miguel Ángel Perera, por su parte, encontró su talón de Aquiles de nuevo con los aceros. Se topó con un exigente ejemplar de El Vellosino, al que toreó con temple e inteligencia, y cortó una oreja tras un pinchazo y una buena estocada. Sin embargo, el esfuerzo por torear al sexto midiéndole los tiempos, no fue rubricado con otro espadazo, de modo que quedó en una fuerte ovación.
Jaén. Media plaza.
Julián López, "El Juli" (oreja y oreja) y Alejandro Talavante (ovación y dos orejas) han salido a hombros en la Plaza de Toros de Jaén, tras lidiar un encierro de El Vellosino.
El Juli supo entenderse desde el principio con su primero, un toro de escasas fuerzas, que poco puso de su parte. Tanto en la lidia de éste, como en la del cuarto, el torero madrileño se vio obligado a valerse de técnica y empeño, recompensados por el público con una oreja a cada faena.
Alejandro Talavante realizó una importante labor con el tercero de la tarde, al que arrancó largas tandas carentes de enganchones, pero todo lo que pudo haber logrado quedó en una ovación con saludos por fallar con la espada. Enmendó dicho error en el sexto, al que cortó las dos orejas.
Miguel Ángel Perera, por su parte, encontró su talón de Aquiles de nuevo con los aceros. Se topó con un exigente ejemplar de El Vellosino, al que toreó con temple e inteligencia, y cortó una oreja tras un pinchazo y una buena estocada. Sin embargo, el esfuerzo por torear al sexto midiéndole los tiempos, no fue rubricado con otro espadazo, de modo que quedó en una fuerte ovación.
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